¿ MENTIRLE A MI MARIDO, O MENTIRLE A MI AMANTE ?

MarianayRamon

Couple
From
Uruguay
Hace muchos años atras tuve un amante que era dueño de una zapaterìa, una de las mas importantes de la ciudad.
Era un señor maduro, casado y que tenìa dos hijas, una de ellas exactamente de mi edad.
Nos encontràbamos en su comercio, despues que cerraba y que se retiraban los empleados.
Gran fetichista de mis pies, su placer consistìa en obsequiarme zapatos, sandalias, o botas sexys, yo debìa desnudarme y pasearme por el salòn, apenas calzada con los zapatos que el me elegìa.
Nos hacìamos el amor sobre un sofà o directamente en el piso alfombrado del local, era algo ràpido, clandestino, ya que su esposa controlaba el tiempo que le llevaba entre cerrar el comercio y llegar a su casa.
Nunca hablò mal de su esposa, aunque se quejaba de que en 30 años de casados su mujer jamàs le habìa hecho sexo oral, y ni se habìa dejado hacer sexo anal y ni soñar con otros "juegos" o estìmulos.
Cada vez que tenìamos un encuentro yo regresaba a casa con uno o dos pares de zapatos nuevos, y mi -entonces- amante, no conseguìa entender como hacìa yo para JUSTIFICAR ante mi marido la proliferaciòn de zapatos.
Claro que mi amante no sabìa que yo tenìa "permiso" de mi esposo para esos encuentros, y nunca lo supo.
Descubrì que -para él- resultaba mas estimulante la idea de lo "clandestino", del encuentro furtivo, el placer de "robarle" la mujer a otro hombre, aunque no sea apenas para un momento de sexo ràpido.
Cuando querìa verme me llamaba por telèfono, y tenìamos largas conversaciones "calientes" con las que ya lo dejaba encendido para ya ir preparando el ambiente a la hora de nuestro encuentro.
Lo divertido es que hacìa que una empleada de la zapateria llamara por si las dudas atendìa mi esposo, y la empleada tenia instrucciones de decir -en caso de que atendiera mi marido- "A la señora Mariana, avisarle, la zapaterìa "XXX" ya recibiò los zapatos que habìa encargado...".
Yo me divertìa con la situaciòn, y la forma en la que mi amante me "cuidaba" de que mi marino no fuera a descubrir nuestro "affaire" ( esta era la palabra que él usaba ya que era descendiente de franceses )
Tanto me cuidò -mi amante- que se olvidó de cuidarse el mismo de su propia mujer, y un dia me telefoneó todo compungido para decirme -con gran tristeza- que su esposa le habìa hecho un escándalo porque de alguna manera había descubierto el "affaire".
Hoy, solo queda el recuerdo de este señor y una cantidad de zapatos, muchos de ellos aún sin uso, de tantos que tengo, y mi reflexión sobre el efecto que la MENTIRA tenía en mi relación con ese hombre.
Estoy segura -que- de haber sabído que yo tenía el consentimiento de mi marido para esos encuentros, este hombre no se habría sentido tan lleno de adrenalina y placer morboso, pensando que él era alguien tan "especial", que yo estaba dispuesta a arriesgar hasta mi matrimonio, -solo para acostarme con él.
- Ahora viene el otro lado de la moneda.
Con el fin de la pandemia y la reapertura de los gimnasios, pude volver a intentar rebajar los 5 kilos que engordé durante la cuarentena, aunque ya estoy casi dos años mas vieja, y eso ya nunca mas lo podré recuperar.
Cuando regresé del gimnasio, mi marido me vino a recibir a la puerta, como siempre me dió su "beso de novios" y luego se me quedó mirando a los ojos y me dijo.
-"oye tus ojos tienen un brillo extraño, ¿ pasó algo ??"
-NADA, -nada- le dije, lo de siempre en el gym, poca gente todavía.
Sin soltarme todavía mi marido redobló la apuesta y me volvió a interrogar
-" pero, tu piel tiene un brillo extraño, está como, -mas fresca- estás rara..."
dime la verdad ¿ hiciste algo ???
-
SERÁ LA DUCHA DEL GYM, EL CHAMPOO no sé, le dije, cansada despues de dos horas de piscina.
- Quitate la tanga, -me dijo- y así lo hice, y se la entregué, la olió profundamente como quien respira el aroma de una flor y me dijo:
-¿ Cuantos te cogieron !! ????
Confieso que al principio me asusté, pensé que mi esposo estaba teniendo un ataque de celos, que se había transformado en un monstruo, una especie de OTELO y que me asesinaría como a Desdémona.
Pero mis temores se calmaron rápidamente, cuando mi marido me cargó con sus brazos, y me llevó hasta el dormitorio dejandome caer sobre la cama, comenzó a desnudarme mientra seguía interrogándome.
-¿ con cuantos me pusiste los cuernos ?, vamos confiesa, mi amor, mi puta !!!
Y fue así que -mientras mi marido me hacía el amor -salvajemente- INVENTÉ una historia que le susurré al oido, sobre un chico nuevo en el gimnasio, que es guapísimo y que cuando estaba en las duchas yo me metí junto con él y le hice oral debajo del agua, y que luego me levantó, poniendo sus brazos musculosos por debajo de mis piernas y mientras y me sujetaba en vilo me penetraba levantándome en peso, etc etc....
-Parece la paradoja de las paradojas, que a falta de una verdad, necesito MENTIRLE a mi marido sobre un supuesto amante que no tengo, para mantener su interés y su morbo encendidos.
En cambio, cuantas mujeres que le mienten a sus marido para ocultar a sus amantes, cuantos maridos le mienten a sus esposas para ocultar relaciones clandestinas, solo que ahora, el "acuerdo" que tenía yo con mi esposo de "100% LA VERDAD" lo acabo de romper.
-Ahora no sé si decirle a mi marido que le mentí y que mi supuesto "amante" fue una historia que inventé para "calentar" el ambiente o simplemente dejar que siga convencido de que -post pandemia- ya he vuelto a ser la misma de siempre.
Gracias por leerme
Gracias por seguirme !!





 

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De buena gana haría alguna crítica sobre lo que escribes, pero no encuentro nada que criticar, más bien estoy tratando de ocultar la erección que tengo mientras leo tu relato.

La psicología que hay detrás de la historia de la zapatería me fascina; en cuanto a tu marido, yo le diría la verdad. Un hombre como el, se lo merece y sin duda lo va a entender.
Algo parecido nos sucedió a mí y a mi mujer hace muchos años. Fue una época en la que nuestro matrimonio pendía de un hilo y ella se estaba viendo con otro hombre (de esos cuernos nació mi deseo de seguir siendo cornudo...pero esa es otra historia).
El caso es que yo también me estaba viendo con otra mujer, una brasileña espectacular; guapísima, super elegante y casada con un hombre rico con cáncer.
Mi mujer lo sabía y la conocía, pero no me podía reclamar nada porque ella estaba también haciendo de las suyas.
El caso es que, a pesar de los pesares, yo nunca tuve relaciones con esta chica; salimos muchas veces, hablamos sobre nosotros, sobre lo infelices que éramos en ese entonces en nuestras relaciones, etc., pero no di el paso de acostarme con ella porque sabía que eso borraría cualquier mínima oportunidad de arreglar las cosas con mi mujer, y ademas, no me sentía bien engañando a un hombre moribundo.
No quiero dar pinceladas dramáticas a la situación, solo quiero recalcar que mi mujer nunca me creyó que no le haya puesto los cuernos con la brasileña, es más, la excita pensar que lo hice.
 

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De buena gana haría alguna crítica sobre lo que escribes, pero no encuentro nada que criticar, más bien estoy tratando de ocultar la erección que tengo mientras leo tu relato.

La psicología que hay detrás de la historia de la zapatería me fascina; en cuanto a tu marido, yo le diría la verdad. Un hombre como el, se lo merece y sin duda lo va a entender.
Algo parecido nos sucedió a mí y a mi mujer hace muchos años. Fue una época en la que nuestro matrimonio pendía de un hilo y ella se estaba viendo con otro hombre (de esos cuernos nació mi deseo de seguir siendo cornudo...pero esa es otra historia).
El caso es que yo también me estaba viendo con otra mujer, una brasileña espectacular; guapísima, super elegante y casada con un hombre rico con cáncer.
Mi mujer lo sabía y la conocía, pero no me podía reclamar nada porque ella estaba también haciendo de las suyas.
El caso es que, a pesar de los pesares, yo nunca tuve relaciones con esta chica; salimos muchas veces, hablamos sobre nosotros, sobre lo infelices que éramos en ese entonces en nuestras relaciones, etc., pero no di el paso de acostarme con ella porque sabía que eso borraría cualquier mínima oportunidad de arreglar las cosas con mi mujer, y ademas, no me sentía bien engañando a un hombre moribundo.
No quiero dar pinceladas dramáticas a la situación, solo quiero recalcar que mi mujer nunca me creyó que no le haya puesto los cuernos con la brasileña, es más, la excita pensar que lo hice.
Ni que lo digas respecto de los brasileros.
Tienen una increíble capacidad para seducir.
Nuestra "primera vez" intercambiando parejas, fue durante un viaje que hicimos al carnaval de Rio de Janeiro en el año 2009 y fue con un matrimonio de brasileros que tuvo el talento de "seducirnos" tanto a mi como a mi marido.
Y nos hicieron perder la cabeza, y terminamos en su cama ( imagínate el resto jaja ).
Los cariocas ******* incansables en lo que a sexo se refiere....
Y con una deliciosa "flexibilidad" sexual
Pena que no le pudiste dar placer, a esa mujer brasileña. Habría sido muy terapéutico para ella
El marido de mi amiga Natalie, es médico, y una vez nos comentó que las mujeres que tienen parientes con enfermedades terminales buscan en el sexo una forma de liberación sicológica.
Los enfermeros lo saben, -y lo aprovechan-
Y tu comentario me lleva a reflexionar si el sexo tambien no tiene un fin "terapéutico" en ciertos casos de depresión femenina.
De hecho creo haber leído que el inventor del vibrador lo hizo para curar la llamada "histeria" femenina que simplemente se curaba con un buen orgasmo.
 
Huuy siempre sera mejor mentirle al Amante.....
Aunque esa mentirita blanca a tu esposo, creo que seria mejor.. por que no falta que pronto pida verte en accion con ese compañero lol.

A nosotros nos ha pasado que cuando mi mujer caza Chicos Vainillas....... un 95% se hecha para atras al momento de que se enteran de que ella tiene permiso del esposo.

Pareciera que en vez de sentirse cazadores.. se sienten la presa ... si supieran que ser la PRESA de una HW... puede ser su mayor aventura.. jejeje
 
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