Me acerco a tu oído y susurrando te digo que estoy muy caliente. Toco tu bicho y está durísimo a punto de estallar. “No seas malito. Espera un poco más…”. Te dije para evitar a que te vinieras antes de tiempo. Busqué tus labios y los besé con lujuria. Te di un mordisco que te hizo calentarte...
This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.